La Costa Brava, con su impresionante litoral que se extiende a lo largo de la costa noreste de la península ibérica, es un destino de ensueño para los amantes del mar y la naturaleza. Aunque algunas de sus playas más populares pueden estar llenas de turistas en temporada alta, aquellos que buscan una experiencia más íntima y auténtica deberían aventurarse en la búsqueda de las calas secretas que salpican esta costa escarpada y salvaje.
Las calas secretas de la Costa Brava son como tesoros ocultos, esperando ser descubiertos por los viajeros más intrépidos. Estas pequeñas y pintorescas ensenadas ofrecen una experiencia diferente a las playas más concurridas. El acceso a algunas de estas calas puede ser un tanto desafiante, a menudo requiriendo caminatas a través de senderos escarpados o incluso pequeñas embarcaciones, pero la recompensa vale la pena: aguas cristalinas, tranquilidad absoluta y la sensación de haber encontrado un rincón secreto en medio de la naturaleza.
Cala Jugadora es uno de esos lugares donde la geología quizás sea el rasgo que más sobresalga del paisaje, quizás por encima de la belleza vegetal. Se encuentra en la zona más oriental del Cabo de Creus, en un extremo meridional que la protege del fuerte viento del norte, la Tramuntana, que a menudo sopla en el Alt Empordà. Se trata de una auténtica joya submarina muy apreciada por los submarinistas, dado que en ella habita una importante colonia de posidonias en forma de bosque. La simple práctica del snorkel proporcionará grandes momentos de disfrute al visitante, por lo que no se olvide de llevar unas gafas y tubo cuando visite este precioso rincón.
Si buscas una cala naturista en la Costa Brava, esta es la tuya. Alejada del mundanal ruido y virgen, Cala Nans es perfecta para pasar el día y por qué no el verano.
Una de las maneras de conocerla, es a través de la ruta de senderismo que parte desde el faro de Cala Nans. Desde él se divisan unas bonitas vistas de Cadaqués y Port Lligat, el pueblo donde vivieron Dalí y Gala, y donde actualmente puedes visitar su casa-museo. La ruta tiene unos 6 km (una hora) y es apta para familias.
Otra cala que merece la pena mencionar es Cala Pedrosa, ubicada en el Parque Natural del Montgrí, cerca de L’Estartit. Esta cala es un verdadero paraíso para los amantes del buceo, gracias a sus aguas cristalinas y su rica vida marina. El acceso puede ser un poco más complicado, ya que se requiere una caminata a través de un sendero costero, pero la soledad y la serenidad que encontrarás aquí son incomparables.
Una de las joyas ocultas más preciadas de la Costa Brava es la Cala del Crit. Ubicada entre Palamós y Calella de Palafrugell, esta cala es un remanso de paz rodeado de acantilados y vegetación exuberante. Su acceso es a través de un sendero que desciende suavemente, ofreciendo vistas panorámicas del Mediterráneo a medida que te acercas a la playa. La Cala del Crit es perfecta para una tarde de snorkel y relax en la playa, lejos del bullicio de las multitudes.
De todas las calas que recorras de la Costa Brava, esta será posiblemente tu favorita, y es que es difícil que la naturaleza haya dotado de más belleza a algún otro lugar. Cala Futadera se encuentra a 6 km del núcleo urbano de Tossa de Mar y solo podrás llegar a ella caminando o en barco. Quizá este sea el motivo por el que sea un lugar tranquilo y apacible.