Ruta en bicicleta por los pueblos medievales del Baix Empordà

13 de agosto de 2020

Ya sea por la belleza de sus paisajes o por su riqueza cultural, la provincia de Girona es un territorio que merece la pena explorar a fondo. Entre el verde del Pirineo gerundense y la turquesa Costa Brava, hay muchos rincones esperando ser descubiertos.

De hecho, hay tantos lugares como maneras de llegar. Sabemos que sois muchos los que preferís hacerlo pedaleando con vuestras bicicletas y es por ese motivo que hoy os proponemos una ruta que os llevará a descubrir los pueblos medievales del Baix Empordà. ¡Es como viajar miles de años atrás! Este recorrido de mediana dificultad es de unos 46 km si se llega al municipio de Pals, sino es de aproximadamente 38 km. Os aconsejamos que llevéis el móvil cargado porque seguro que vais a querer inmortalizar más de un instante de este itinerario. ¿Estáis preparados para empezar?

Os proponemos empezar la excursión en la pequeña localidad de Púbol y seguir por las carreteras que conectan los diversos pueblos medievales de esta zona. Púbol, es un pueblo rodeado por una atmósfera especial de paz y tranquilidad. Seguramente por eso, el genio Dalí eligió este lugar para el descanso y ocio de su estimada Gala. Si tenéis tiempo, os recomendamos hacer una visita en el edificio medieval del siglo XI que Dalí restauró para su esposa, al que hoy en día conocemos como el Castell Gala Dalí. También os recomendamos la Iglesia gótica de Sant Pere, un edificio de una sola planta construido entre los siglos XIII y XIV.

Tomando la avenida de San Francisco de Asís en sentido Girona y después la carretera GIV-6425 hacia la izquierda, a tan solo cinco kilómetros de distancia y sobre un pequeño cerro, encontraremos Madremanya. Al acercarnos al pueblo identificaremos la silueta de la Iglesia de San Esteve, de estilo románico. A su alrededor, podremos observar un conjunto de casas que en el pasado estaban rodeadas por una muralla, todavía visible en algunos puntos del municipio. Si decidís visitar Madremanya, os podréis dejar perder por sus calles estrechas y empedradas. Aun así, por muy a gusto que os encontréis en esta encantadora villa… ¡debemos seguir pedaleando!

¡La próxima parada la haremos en Monells!

Volvemos a coger la bicicleta y siguiendo la avenida de Les Gavarres, llegaremos a la carretera GIV-6701 donde veremos indicado Monells hacia la izquierda. Después de pedalear poco más de un cuarto de hora, llegaremos a dicha localidad. Este es un pueblecito con mucho encanto, razón por la cual se han rodado varias películas, entre ellas “Ocho Apellidos Catalanes”. Os recomendamos hacer parada a la icónica plaza Jaume I, uno de los emblemas del pueblo y un rincón ideal para coger fuerzas comiendo en alguno de sus establecimientos.

Después de esta parada en Monells, buscaremos un camino de tierra que empieza en la calle de la Riera Seca para dirigirnos hacia nuestro siguiente destino, La Bisbal d’Empordà. Poco antes de entrar en la población cruzaremos la carretera C-66 por debajo un puente y giraremos a la derecha. Esta localidad es capital de la comarca y justo aquí encontraréis un importante legado medieval. Paseando por sus calles zigzagueantes, descubriréis que años atrás se estableció un barrio judío. Si tenéis la oportunidad, os animamos a hacer una visita al Museo de la Cerámica y a los artesanos que trabajan con este material, puesto que, en La Bisbal d’Empordà, la cerámica es un arte y oficio que aún sigue muy vivo.

Volvemos a subir a la bicicleta y ahora iniciamos marcha hacia Vulpellac. Para llegar, hay que tomar el Camino del Pi que sigue a continuación de la Calle Solidaritat. Esto os va a llevar apenas diez minutos. Si decidís pasear por el interior de Vulpellac, os daréis cuenta de que sus poco más de 200 habitantes tienen la suerte de vivir en un entorno privilegiado, ya que el núcleo antiguo del pueblo es considerado Bien Cultural de Interés Nacional.

Una vez visto Vulpellac, buscamos la calle de Santa Basilissa que nos llevará hasta el exterior y en dirección a Canapost. Siguiendo por el mismo camino, cruzaremos la riera de Vulpellac y más tarde la carretera GI-644, para finalmente llegar así a Canapost. Allí destaca la iglesia de Sant Esteve; mitad románica, mitad prerrománica. En este núcleo se han encontrado restos de poblamientos romanos y posteriores.

Nuestro siguiente destino es Peratallada. Pese a haber caminos interiores para llegar a este municipio, nosotros os recomendamos tomar la carretera GI-651 ya que no es muy transitada. Seguimos por ella hasta encontrar la calle de la Roca a mano derecha que nos llevará al interior del pueblo a través de una de las puertas de la muralla. La verdad es que no se nos ocurre un mejor nombre para este pueblo, puesto que todo parece estar esculpido en piedra. Murallas, torres, castillos, arcos y enredaderas que se aferran a las paredes de los edificios que conforman este pequeño núcleo medieval. Un aspecto feudal que hace de Peratallada uno de los centros más importantes de arquitectura medieval de todo Cataluña. ¿A quién no le gustaría quedarse en este pequeño rincón que parece extraído de un cuento?

Después de Peratallada se nos presenta la opción de dirigirnos a Palau-Sator para ir cerrando la ruta circular, o bien hacia Pals y hacer una extensión de la ruta de aproximadamente una hora de trayecto. Para ambas opciones tendremos que retomar la carretera GI-651 y continuar en el mismo sentido que seguíamos antes. Si escogemos la primera opción, encontraremos un desvío a mano izquierda a pocos kilómetros de Peratallada que nos lleva directamente a Palau-Sator.

Si decidimos visitar la majestuosa villa medieval de Pals, hay que continuar por la misma carretera hasta llegar a una rotonda en la cual tomaremos la primera salida dirección Sant Feliu Boada. Seguiremos por el mismo camino hasta encontrar un desvío a la izquierda donde encontraremos un letrero que nos dirige hacia Pals, donde llegaremos al cabo de poco tiempo. Pasear por esta encantadora población es como volver al pasado, donde múltiples estilos arquitectónicos emergen y hacen de este lugar un rincón único de nuestro territorio. Además, es recomendable ir al mirador Josep Pla para contemplar el Montgrí y las Islas Medes. Una vez visto Pals, podemos continuar nuestra ruta hacia Palau-Sator volviendo por el mismo camino que hemos venido y doblando a mano derecha en el desvío que se ha mencionado anteriormente.

De vuelta, antes de llegar a Púbol, os recomendamos hacer parada en Palau-Sator para pasear por sus callejones y Ullastret donde podréis visitar el castillo, la iglesia, y el yacimiento ibérico de Ullastret.

Si después de leer esta ruta os han entrado unas ganas locas de pedalear entre los pueblos medievales del Baix Empordà, no os lo penséis más. ¡Equipaos con agua, crema solar, comida y mucha energía! ¡Os espera un magnífico recorrido!

¡A pedalear!

Inspíra’t

Encuentra tu camping