Hay rincones de Cataluña que te permiten transportarte a más de mil años atrás cuando paseas por ellos. Este es el caso de los pueblecitos medievales que puedes encontrar en el Baix Empordà y donde paseando por su entramado de calles, podrás revivir una historia fascinante. ¿Tienes ganas de descubrirlos?
Aunque la comarca del Baix Empordà es conocida por su esplendor durante la época medieval, la vida humana por estas tierras había empezado muchos años atrás. ¡De hecho, se han encontrado vestigios de asentamientos prehistóricos que datan de hace más de cien mil años!
Además, los griegos también pusieron su mirada en esta zona y construyeron importantes ciudades como Rodas, cerca de la actual Roses; y Empúries, junto al maravilloso pueblo costero de L’Escala. Desde estas ciudades, la antigua Grecia dominó el comercio en el Mediterráneo durante muchos siglos y la región creció a una velocidad vertiginosa.
Sin embargo, fue después de la caída del imperio romano cuando el Baix Empordà recibió la huella más fuerte. Durante la edad media, eran frecuentes los conflictos en el territorio catalán y esto ha quedado patente en las numerosas fortificaciones de los pueblos de la zona, que sin lugar a dudas son un patrimonio histórico muy valioso que hay que conocer y preservar.
¡Vamos a ver cuáles son!
No es extraño sorprenderse al aproximarse a este pueblo por la carretera: ¡está esculpido en la roca como si fuera una escultura a gran escala! Quizás podrías haberlo intuido sólo de ver su nombre, ya que Peratallada no quiere decir más que cortado en piedra.
Este pueblo medieval se encuentra sobre un conjunto de rocas que al mismo tiempo sirvieron para su construcción. Está rodeado por una muralla y, en el centro, presidido por un castillo auténtico de la época.
Pasear por las callejuelas del casco antiguo de Peratallada ya es una experiencia única que te costará olvidar, pero además, puedes visitar la Iglesia de Sant Esteve; una joya del románico catalán que se encuentra fuera del recinto amurallado.
En cuanto al interior del pueblo, las murallas con sus puertas, el castillo central o zonas emblemáticas como la Plaça de les Voltes; convierten al pueblo en un museo viviente donde las escenas cotidianas se desarrollan en un escenario milenario.
Una curiosidad de Peratallada es que forma parte del municipio de Forallac, que no es más que una composición silábica con los nombres de los tres pueblos que lo conforman: Fonteta, Vulpellac y el propio Peratallada.
En Vulpellac se pueden encontrar más muestras de la arquitectura medieval, como su castillo o la Iglesia de Sant Julià y Santa Basilissa, que junto con el resto del casco antiguo son considerados bien cultural de interés nacional.
El municipio de Pals es uno de los más visitados y concurridos del Baix Empordà, sobre todo en fin de semana y en verano. Sin embargo, cuando el turismo de playa se reduce, este pueblo logra mostrar su belleza a su máximo.
Gracias a su posición estratégica, el pueblo medieval de Pals ha sido desde tiempos inmemoriales un punto de gran importancia, tanto económica como social y por eso tiene un encanto indescriptible que te consigue hacer viajar atrás en el tiempo.
Aparte de la enorme playa que tiene el municipio, el casco antiguo de Pals es una muestra casi intacta de la arquitectura medieval. En la parte más alta de la colina en la que se encuentra, puedes encontrar la Torre de les Hores, acabada hacia el siglo XIII y de estilo románico.
Esta magnífica torre formaba parte del antiguo castillo de Pals desde donde se gobernaba la villa y las tierras de alrededor. ¡Y no puede ser de otra manera, ya que desde lo alto se ven unas vistas espectaculares del Empordà e incluso las Islas Medas!
Más allá de este espléndido mirador, en Pals puedes encontrar numerosos puntos de interés, como la Iglesia de Sant Pere o la muralla con sus torres de defensa. Pero sin ir más lejos, pasear por sus calles de época es suficiente para enamorarse del patrimonio que esconde este pueblecito.
A pesar de no ser tan conocido, Monells es un pueblo del Baix Empordà con una historia fascinante, en el que participaron algunos de los personajes más famosos de la Edad Media como Carlos III de Francia o Jaume el Conquistador.
Esta pequeña aldea no fue construida con tantas defensas como las demás, puesto que se trataba más de un eje comercial en el que se intercambiaban todo tipo de mercancías importantes del momento.
Las arcadas de la Plaza Jaume I, algunas de las cuales comunican con la hermosa calle dels Arcs; son una pequeña muestra de los reclamos arquitectónicos de la villa medieval de Monells. Además, también puedes ver la Plaza de l’Oli que es un punto único y de gran belleza.
Por si fuera poco con todos los puntos anteriores, en Monells también puedes encontrar la iglesia de Sant Genís de Monells que consta de algunas partes románicas y otras góticas; siendo de las más antiguas, de principios del siglo XI.
Por último, debes saber que Monells forma parte del municipio de Cruïlles, Monells y Sant Sadurní de l’Heura; y los tres pueblos son conjuntos monumentales de gran trascendencia histórica. ¡No te los pierdas!
La localidad ampurdanesa de Palau-Sator es el claro ejemplo de lo que vendría a ser un núcleo medieval. Se trata de un recinto amurallado que rodea el castillo que preside la villa desde su centro.
Aunque Palau-Sator vio su época de máximo esplendor durante la edad media, hay documentación que indica que este municipio ya estaba presente durante la época romana y recibía el nombre de Palatii Muorum.
Esta disposición típica de un antiguo núcleo medieval ya lo hace un lugar digno de ser visitado, pero además, en Palau-Sator se encuentra la Iglesia románica de Sant Pere o el mismo castillo, que actuaba como centro neurálgico de la población.
Al tratarse de un pueblo pequeño, no es raro que se encuentre asociado con otras localidades de los alrededores. En este caso destacamos los pueblos de Sant Julià de Boada y Fontclara, puesto que es en estos dos donde puedes descubrir más puntos de interés histórico.
En Sant Julià de Boada hay una de las iglesias más antiguas de la región, la Iglesia de Sant Julià de Boada; fechada en el año 934. Por otra parte, en Fontclara puedes encontrar el monasterio de Sant Pau, de estilo románico y considerado un exponente del románico catalán.
Sobre una colina en la zona más interior del Baix Empordà, junto al Gironès, descansa la pequeña y maravillosa población fortificada de Madremanya. Se trata de un antiguo núcleo medieval que, en lugar de estar construido alrededor de un castillo, lo está en torno a una iglesia.
Casi todas las construcciones del pueblo datan de los siglos XVI al XVIII, una época en la que el mundo empezaba a avanzar, pero que en la zona todavía prevalecía en gran medida el feudalismo típico de la edad media. Madremanya es un escenario del todo original donde puedes revivir la historia en tu piel.
De este lugar rural es difícil no darse cuenta de la majestuosa iglesia de Sant Esteve de Madremanya construida alrededor del año 1300 y que preside el pueblo mostrando un románico ya tardío e influenciado por el gótico.
Por otra parte, todavía se conservan dos portales que daban acceso al casco antiguo a través de la muralla y que hacen sentir a todo el mundo que pasa por ellos como un auténtico habitante de la época; pasando después hacia las callejuelas entrelazadas que van subiendo hasta la iglesia.
Cerca de Madremanya también se esconde la Font Picant, un manantial de agua bicarbonatada bastante único, alrededor del cual se construyó una planta de embotellamiento actualmente abandonada pero considerada un bien cultural de interés nacional.
El pueblo de Ullastret es una visita doblemente imprescindible: por un lado, el casco antiguo del pueblo es un escenario medieval que no te puedes perder, ¡pero además en Ullastret hay los restos de un poblado ibérico aún más antiguo!
Los íberos eran un conjunto de tribus que habitaban en el litoral catalán antes de las primeras colonias griegas e invasiones romanas. No han quedado muchos vestigios de esta civilización y menos de esta magnitud, lo que convierte a la ciudad ibérica de Ullastret en una reliquia sin precedentes.
Hoy, sin embargo, venimos a hablaros de la edad media y ni mucho menos se puede desmerecer el legado de esta época que puedes observar paseando por Ullastret. Aparte de las callejuelas empedradas de la localidad, hay edificios emblemáticos como la Torre de la Cárcel en medio del pueblo, justo al lado del castillo de Ullastret.
Si un edificio destaca en todo este conjunto monumental de hace casi un milenio, es la majestuosa iglesia de Sant Pere de Ullastret; sentada sobre las bases de una antigua iglesia construida en el año 899. ¡Déjate maravillar por las características románicas que presenta y disfruta de la paz de su interior!
¡Ahora que ya os hemos enseñado todo lo que esconden los pueblos medievales del Baix Empordà, seguramente os morís de ganas de visitarlos! Pues debéis saber que sea en coche, bicicleta o haciendo rutas a pie; descansar en un camping es una opción con muchas ventajas.
De hecho, en este blog ya hemos hablado de hacer ruta en bicicleta para conocer todos estos pueblecitos medievales y os recomendamos que la miréis porque es una muy buena manera de descubrirlos mientras se hace deporte y se pasan buenos momentos en familia y amigos.
En muchos campings tendréis un servicio específico para ciclistas, con las herramientas necesarias para hacer todo tipo de reparaciones y el consejo de los profesionales más preparados. ¡Solo tenéis que buscar los campings identificados con el sello Bed&Bike!
Aparte de la bicicleta, en los campings encontraréis un entorno ideal para estar en contacto con la naturaleza y olvidarse de todas las preocupaciones que podáis tener. En el Baix Empordà la oferta de campings es muy amplia y ahora te haremos un breve resumen.
Aprovechando la belleza de la Costa Brava, muchos de los campings que hay en esta zona se sitúan muy cerca de la playa, con algunas excepciones que quedan más en el interior; por lo que podéis elegir entre un abanico de paisajes muy variado.
Los campings del Baix Empordà son ideales para aquellos que les gusta el mar, los deportes de agua o relajarse en la playa; pero también para quienes buscan adentrarse en los pueblos más auténticos de la zona y vivir la cultura y la historia de primera mano.
Con todo esto, ir de camping en la comarca ampurdanesa hará que vuestra estancia sea del todo excepcional y sin duda tendréis ganas de repetir. Así pues, ¿cuándo nos veremos en los campings del Baix Empordà?