La comarca de la Garrotxa alberga un gran número de tesoros naturales, aunque, sin duda, su joya más singular es el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Es un paisaje inmenso, de 12.000 hectáreas, con más de cuarenta volcanes escondidos entre la vegetación.
Cualquier época del año es mágica para visitarla, por la tonalidad de sus colores, que cambian de una temporada a otra. En la Alta Garrotxa abundan los parajes de alta montaña, tranquilos y de gran belleza, como Oix o Beuda. El área fue declarada, merecidamente, Espacio de Interés Natural, y forma parte de la Red Natura 2000, una iniciativa europea para proteger espacios naturales singulares y compatibilizar la protección de especies y hábitats naturales con la actividad humana que se desarrolla en ellos.
En el sur de la comarca, el terreno se suaviza pero no deja de mostrar todo su encanto, que se pone de manifiesto en la zona volcánica antes mencionada y en municipios rurales como Les Preses, o en escenarios que permiten disfrutar de la naturaleza, como La Vall d’en Bas.
Merece una visita su capital, Olot, dinámica, vital y rica en patrimonio cultural. Por otra parte, debes conocer pequeñas poblaciones siempre presentes en las guías turísticas, como Castellfollit de la Roca, Santa Pau o Besalú.
